Ilustración de Alberto Ruggieri |
Todos intentamos ser profesionales de élite
Igual que ellas,
el resto de nosotros sentimos la presión, autoimpuesta muchas veces, de querer
mejorar nuestra carrera profesional, tener éxito y ganar dinero. Y exactamente
igual que la entrenadora tenemos unos jefes o compañeros de trabajo que se
creen que van a sacar lo mejor de nosotros y conseguir llegar a los objetivos
si nos humillan o nos gritan. Es fácil maltratar a una persona cuando sabes que
el trabajo es una de las cosas más importantes que tiene.
Violencia en la oficina
Las nadadoras
hablan de llorar mientras están entrenando con las gafas puestas. Cuantas
personas conocéis que lloran al terminar una reunión? Yo demasiadas y muchas
mujeres. Algunas oficinas deberían cambiar el cartel de alguien meando por
alguien llorando.
Las nadadoras
hablan de tener que entrenar con 40 de
fiebre, maltrato físico. A cuantos jefes habéis visto dar puñetazos sobre la
mesa cuando les vas a dar una noticia que ni tan siquiera es importante o
directamente que lanzan cosas a las paredes? Con 21 años un jefe lanzó un
cenicero que se rompió en mil pedazos delante de mí al ver un error en el
sistema… está lejos del maltrato físico pero es bastante agresivo, no?
Algunos dirán que
no se puede comparar la presión que recibe un deportista de élite con la de unos
padres de familia con hipoteca y tres hijos. No hace falta comparar pero creo
que las dos situaciones pueden ser igual de estresantes.
Las nuevas tecnologías y el maltrato
Un tema nuevo que
no aplica a las nadadoras, son las nuevas formas de comunicar en la oficina, me
refiero a emails y teleconferencias. Hace poco una empleada quejándose del
trato de una cliente me decía “espero que después de sus vacaciones se haya
relajado y se dé cuenta que quien lee sus mensajes es una persona y que hay un
ser humano al otro lado del ordenador”. Y las teleconferencias? Lanzar cuchillos sin
ver la cara de tus víctimas? La herramienta perfecta para los cobardes.
Dar visibilidad a los maltratos en el trabajo
Personalmente escucho
a las nadadoras y pienso en los casos que he sufrido de maltrato laboral y el
de algunos de mis amigos y pienso “Te crees que eres la única? Niña, despierta!”.
Pero que estas prácticas sean generalizadas no significa que sean correctas. Quizás podemos aprovechar este culebrón
acuático para reflexionar un poco sobre lo que es o no aceptable en el trabajo
y dar visibilidad a las personas que están sufriendo este tipo de maltratos.
1 comentarios:
El to del post d'avui em fa pensar en aquest blog que segueixo des de fa un temps i m'agrada. Una abraçada!
http://www.oyedeb.com/
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